24 septiembre 2014
Los secretos del perfilador de corriente que llegó desde Canadá a Bilbao
En el momento de su hallazgo, el instrumento se encontraba invadido por percebes y otros moluscos. Tras su limpieza, resultó ser un perfilador de corrientes perteneciente a Integrated Observational Platforms (IOP), un grupo de investigación de la Universidad de Washington, ubicada en la ciudad de Seattle (Estados Unidos).
Pese a tratarse de un equipo de alta tecnología, el técnico de AZTI Luis Cuesta no tuvo problemas para extraer los datos que almacenaba el mismo, ya que era similar a los utilizados por el centro tecnológico en el estudio de corrientes.
Detalle del perfilador recubierto por percebes y otros moluscos |
“Según la tarjeta de memoria del aparato, la línea que sujetaba el perfilador y el resto de instrumentos se rompió el 22 de diciembre de 2012” afirma Cuesta. “La rotura de la línea pudo deberse a la presión de capas de hielo o bien a algún acto vandálico de pescadores” añade.
A partir de ahí los técnicos de AZTI establecieron la teoría de que el perfilador fue arrastrado hacia el sur por la corriente oceánica denominada del ‘Labrador’ hasta que fue atrapado por la corriente del Golfo.
Esta teoría fue corroborada por los propios especialistas de la Universidad de Washington, con los que contactó el investigador de AZTI Carlos Hernández. “Según nos informaron desde la Universidad de Washington, –comenta Hernández- una de las boyas que formaba parte de la línea instrumentada fondeada en el Estrecho de Davis apareció en mayo de 2013 en la isla Fogo, situada en la costa noreste de Terranova (Canadá)”. El investigador explica que “este hallazgo corrobora que las dos elementos flotantes fueron arrastrados en superficie hacia el sur por la corriente del ‘Labrador’, si bien la encontrada en el puerto de Bilbao continuó su deriva hasta ser absorbida por la corriente del Golfo, una de cuyas ramificaciones llega hasta el mar Cantábrico”.
“La universidad norteamericana nos ha mostrado su agradecimiento –señala Hernández- porque les hemos permitido recuperar año y medio de información acumulada en el perfilador desde diciembre de 2012; además del importante valor material, ya que se trata de un instrumento de medición valorado en 23.000 dólares”.
El periplo de la boya recuperada pone de manifiesto que las grandes corrientes oceánicas encuentran en el golfo de Bizkaia un importante punto de confluencia. Este hecho favorece la llegada a esta zona de elementos a la deriva cuyo origen puede ser muy lejano.
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