05 febrero 2011
Microalgas contra el cambio climático
Las microalgas marinas se han convertido en un arma con mucho potencial para luchar contra el cambio climático debido al descubrimiento de su capacidad para retirar CO2 de la atmósfera. El Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC) está estudiando las aplicaciones de las algas tanto en este campo como, entre otros, en la acuicultura o la farmacia.
Este centro, ubicado en el campus de Puerto Real (Cádiz) acoge la mayor colección de España de microalgas – más de 300 cepas, tanto autóctonas como foráneas-, según ha explicado su directora, Maricarmen Sarasquete.
Las múltiples aplicaciones de las microalgas
Las microalgas son microorganismos aislados del fitoplancton (primer eslabón de la cadena trófica), que generalmente se conservan en cultivo, y se utilizan para estudios en laboratorio o aplicaciones biotecnológicas de provecho para el Hombre.
Como cualquier organismo fotosintético, las microalgas retiran CO2 de la atmósfera produciendo oxígeno, lo que tiene grandes aplicaciones en la investigación para la protección del medioambiente y la búsqueda de nuevas formas de energía como el biodiesel.
También tiene aplicaciones en medicina, cosmética y alimentación, entre otros muchos ámbitos, ha añadido por su parte, la investigadora Ana García, quien realiza en el ICMAN una tesis doctoral sobre la aplicación de las microalgas para el cambio climático.
La creación de biomasa
Su investigación se basa en un fotobiorreactor para crear la mayor biomasa posible a partir de microalgas de varias cepas en distintas condiciones de luz para que incorporen la cantidad máxima de CO2.
La ventaja de las microalgas es su gran capacidad de generación de biomasa, algo que no sucede con las plantas terrestres que pueden tardar muchos años en crecer.
Alrededor de una semana es el tiempo aproximado para que las microalgas cultivadas en el laboratorio se conviertan en sustento para los organismos ubicados en el peldaño siguiente de la cadena trófica, el zooplancton.
Anteriormente a ese proceso, las microalgas tienen que haber sido aisladas y liberadas de los contaminantes adheridos, procedentes del espacio de agua salada o dulce de donde fueron extraídas.
El cultivo en laboratorio del fitoplancton como sustento del zooplancton abre importantes vías también en la investigación para la búsqueda de soluciones al problema de la sobrepesca en el mundo.
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