15 diciembre 2011
Un diagnóstico rápido de enfermedades de bivalvos puede evitar pérdidas económicas en cultivos
Un diagnóstico rápido de las enfermedades de moluscos de interés comercial como el mejillón, la almeja, el berberecho y la ostra es fundamental para evitar pérdidas económicas derivadas de una epidemia incontrolada e impedir la extensión de la infección a zonas limpias.Así lo constatan los doctores del Grupo de Inmunología y Genómica del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo del CSIC, Antonio Figueras y Beatriz Novoa, coordinadores de la publicación “Enfermedades de moluscos bivalvos de interés para la Acuicultura”.
El libro, coeditado por la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Observatorio Español de Acuicultura (OESA), se ha presentado hoy en la sede de la Fundación CETMAR en Vigo. Al acto han asistido la Directora Gerente la Fundación CETMAR, Paloma Rueda; el Director Gerente de la Fundación OESA, Javier Remiro y los coordinadores del libro, Antonio Figueras y Beatriz Novoa.
Esta publicación recoge los resultados de investigación desarrollados durante más de 20 años en el ámbito de las enfermedades de moluscos bivalvos. Entre las conclusiones, el profesor de Investigación del IIM y director del Laboratorio Nacional de Referencia para enfermedades de moluscos bivalvos, Antonio Figueras, destaca que ningún agente infectivo que afecta a los bivalvos puede ser transferido al hombre.
De hecho, apunta que las toxinas asociadas al peligro de comer mejillones y ostras afectadas por mareas rojas, no se vinculan a la presencia de patógenos sino que estos episodios resultan de un crecimiento masivo y repentino de unos organismos fitoplanctónicos denominados dinoflagelados.
Por lo tanto, según Antonio Figueras, la importancia del diagnóstico rápido de enfermedades de moluscos de interés comercial responde a dos motivos fundamentales. Por un lado, “puede evitar una catástrofe económica derivada de una epidemia incontrolada” y, por otro, “impedir la extensión de los agentes infecciosos a zonas de cultivo todavía limpias de patógenos”.
Para el diagnóstico de enfermedades de los moluscos bivalvos se emplean métodos laboriosos, además se necesita una gran densidad del patógeno para su detección y no permiten distinguir con seguridad unos patógenos de otros de morfología similar, describe Figueras. En el caso de las bacterias, “son demasiado pequeñas como para determinar su especie en el microscopio óptico”, mientras los virus “ni siquiera se ven”. En estos casos, según los investigadores, los síntomas de la enfermedad pueden ser de gran ayuda ya que algunos son característicos de un determinado patógeno, pero en numerosas ocasiones los síntomas causados por distintos microorganismos son iguales.
No obstante, Figueras incide en que “afortunadamente hoy en día se están desarrollando técnicos inmunológicas y de biología molecular muy rápidas, sensibles y específicas para cada patógeno”. El inconveniente de estos métodos es el coste y, sobre todo, que no están suficientemente optimizados como para patentarse y aplicarse rutinariamente como sistema de control de enfermedades, apunta el coordinador de la publicación.
A pesar de ello, Antonio Figueras asegura que “los avances en este campo son muy rápidos” y en poco tiempo esperan disponer de métodos de diagnóstico específicos para cada patógeno que afecta a los moluscos bivalvos de las costas españolas.
La publicación se puede adquirir a través de la web de la Fundación OESA http://www.fundacionoesa.es/
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