07 febrero 2012

En las entrañas del Golfo de Cádiz

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Allá por el mes de noviembre os hablamos en tres noticias sobre la Expedición 339 del IODP en el Golfo de Cádiz. Pues bien, el equipo científico acaba de volver de dicha expedición, la cual se ha realizado a bordo del buque de investigación JOIDES Resolution, tras la cual que se han recuperado cerca de 5.5 kilómetros de sedimentos a profundidades nunca perforadas en el Golfo de Cádiz. La expedición ha encontrado nuevas evidencias sobre los pulsos tectónicos de la Tierra, un detallado registro de los cambios climáticos y hallazgos que apoyarán la exploración de gas y petróleo en el futuro.

Los océanos de mundo están lejos de ser estáticos. Muchas corrientes circulan a diferentes profundidades por debajo de la superficie del mar, formando una cinta transportadora de calor y energía que controla y amortigua el clima global en la Tierra. Los pasillos oceánicos pueden afectar la circulación de estas corrientes. El estrecho de Gibraltar es uno de estos pasillos submarinos, el cual, después de haber estado aislado del Atlántico varios cientos de milenios, se re-abrió hace menos de 6 millones de años.


En la actualidad, una poderosa cascada de agua Mediterránea se extiende hacia el Océano Atlántico, tras su salida a través del Estrecho de Gibraltar. Esta masa de agua es más salada que las del Atlántico – por tanto más densa – y se hunde talud abajo hasta profundidades mayores de 1000 metros, erosionando los fondos marinos rocosos, excavando cañones submarinos y construyendo montañas de fango en un paisaje submarino apenas conocido. Estos depósitos albergan un registro climático y tectónico que se extiende más allá de los últimos 5.3 millones de años.

Un equipo internacional compuesto por 35 científicos de 14 países, acaba de regresar de una expedición científica de ocho semanas de duración a bordo del buque JOIDES Resolution dentro del Programa Integrado de Perforación Oceánica (Integrated Ocean Drilling Program - IODP): Mediterranean Outflow. Se han obtenido muestras de sedimentos poco conocidos llamados contornitas. Este tipo de depósitos debe su nombre a las corrientes que los generan ya que circulan "contorneando" las cuencas oceánicas. Aunque el margen continental del Golfo de Cádiz constituya uno de los lugares ideales para el estudio de este tipo de depósitos, durante la Expedición 339 de IODP es la primera vez que se han recuperado muestras de estos sedimentos marinos con fines científicos en esta zona.

"Ahora comprendemos mucho mejor los rasgos que caracterizan a las contornitas, y hemos validado sin lugar a duda, el paradigma que plantea este tipo de sedimentación", comenta Dorrik Stow, co-director científico de la Expedición 339, de la Universidad Heriot-Watt, UK. "La expedición nos ha dado respuesta a muchas de las cuestiones planteadas al inicio, pero también nos ha aportado resultados científicos totalmente inesperados".

El equipo científico ha encontrado evidencias del "pulso tectónico" producido por la confluencia de las placas tectónicas Africana y Europea, responsable de constantes subidas y bajadas de las estructuras claves dentro y alrededor del pasillo oceánico. Además, este efecto tectónico ha producido fuertes terremotos y tsunamis que han generado importantes flujos de masas arenosas al mar profundo. En cuatro de los siete puntos de perforación, hay una parte importante del registro geológico que ha desaparecido. Estos hiatos evidencian la existencia de una corriente tan intensa que consiguió erosionar el fondo marino.

"Hemos podido entender cómo el Estrecho de Gibraltar actuó primeramente como una barrera y luego como pasillo oceánico en los pasados 6 millones de años", dice Javier Hernández-Molina, co-director científico de la Expedición 339, de la Universidad de Vigo en España. "Tenemos ahora un mejor conocimiento y registro de la poderosa circulación de la Corriente de Salida Mediterránea (Mediterranean Outflow) a través del Estrecho y su influencia en el Golfo de Cádiz y oeste de Portugal".


El primer punto que se perforó, localizado en el margen Oeste de Portugal, se planificó para obtener el registro sedimentario más completo de los cambios climáticos acontecidos en la historia de la Tierra durante el último millón y medio de años. Estos testigos cubren al menos cuatro de las edades del hielo más importantes y proporcionan un nuevo archivo marino para comparar con los registros de hielo de Groenlandia y la Antártida, así como con los existentes en tierra firme.


El equipo científico de la expedición está gratamente sorprendido de encontrar exactamente esta misma señal climática en los montículos contorníticos se han perforado en el Golfo de Cádiz. Sin embargo, puesto que estos fangos se han depositado más rápidamente que los recuperados al oeste de Portugal, el registro de los testigos de sedimento puede darnos una mayor y más detallada resolución climática.


"Descifrar el código climático en las contornitas será más difícil ya que reciben una amplia variedad de sedimentos de diferentes fuentes", explica Hernández-Molina. "Pero el potencial de la información que contienen puede ser incluso más significativo". Los océanos y el clima están íntimamente ligados, y parece existir una señal muy potente de este nexo en los sedimentos contorníticos".


Otro descubrimiento sorprendente ha sido encontrar más arenas en los sedimentos contorníticos de lo que cabría esperar. Los científicos han descubierto impresionantes acumulaciones de arena. Estos depósitos arenosos se han encontrado en tres escenarios diferentes: como relleno de canales, como potentes capas dentro de los montículos de fango, y como una única lámina que llega a extenderse casi 100 kilómetros desde la salida del Estrecho de Gibraltar. Todo ello es una muestra de la gran intensidad, alta velocidad y larga duración de las corrientes de fondo mediterráneas. Además, este hallazgo puede significar un giro en las futuras exploraciones de gas y petróleo a nivel mundial.


"La profundidad, el espesor, la extensión y propiedades de estas arenas, las dota de unas condiciones ideales para que los hidrocarburos queden almacenados", explica Stow. "Las arenas se depositan de diferentes maneras, en canales y terrazas, bajo la influencia de las corrientes de fondo. Estas características dan lugar a un nuevo tipo de reservorios de aquellos formados por corrientes turbidíticas". "Esta arena es especialmente limpia y bien seleccionada, y por tanto muy porosa y permeable. Nuestros descubrimientos podrían suponer un cambio importante en los futuros objetivos de exploración de hidrocarburos".


Participación española

En la Expedición del IODP 339 han participado, además del co-jefe científico, Dr. Francisco Javier Hernández Molina, de la Universidad de Vigo,  los Drs. Francisco Sierro y José-Abel Flores (Universidad de Salamanca); el Dr. Francisco J. Jiménez-Espejo (Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, CSIC-Universidad de Granada) y la Dra. Estefanía Llave Barranco (Instituto Geológico y Minero de España).

Para más información sobre la Expedición 339 de IODP consultar:

http://iodp.tamu.edu/scienceops/expeditions/mediterranean_outflow.html

Si queréis más explicaciones de las fotos, podéis verlas en:

http://iodp.tamu.edu/scienceops/gallery/exp339/

Además, para detalles más específicos sobre la Expedición 339 se pueden consultar las siguientes páginas Webs:


http://iodp.tamu.edu/scienceops/expeditions/mediterranean_outflow.html

http://publications.iodp.org/scientific_prospectus/339/.

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